dimecres, 18 de març del 2009

No somos asesinos

http://www.meristation.com/v3/des_articulo.php?pic=GEN&id=cw49bd51c6359af

Ser periodista y estar especializado en algún campo sirve, en la mayoría de casos, para ver como los compañeros de profesión son capaces de explicar una realidad desde el desconocimiento. Eso puede provocar daños enormes por parte del conocido como cuarto poder. Si uno, amante de los videojuegos, ve como profesionales de la comunicación no tienen reparos en disparar a ciegas cuando hablan de la industria, mejor no pensar lo que se puede llegar a contar de manera imprecisa en otros ámbitos. Desde la justicia a la economía, política… hablar de todo. Saber de poco. Y, en este caso, que reciban los videojuegos.

El ocio electrónico es una de las principales preocupaciones de los padres y madres. La fuerza de la industria es evidente. Cada vez es más raro ver alguna casa sin consola, algún niño sin pedirla para Navidad. Y a los padres no les gusta ver como sus hijos están “enganchados todo el día con la maquinita”. El filón está claro. Pero acusar a los videojuegos de tener alguna relación con la matanza de Winnenden es una acción populista por parte de los medios de comunicación. Brindar información que interese al público al que se dirige cada publicación es lícito. No lo es tanto cuando se falta a la verdad y cuando se estigmatiza un sector desde la más profunda ignorancia. Para muestra, un botón.

Tim Kretschmer mató a alumnos de la escuela, profesores y otras personas que no guardaban relación con la escuela. Rápidamente saltó a la palestra el nombre de Far Cry y el de Counter Strike. Juegos encontrados en la habitación del asesino. La mera presencia de estos productos ha sido suficiente para protagonizar artículos de opinión, noticias complementarias y titulares de impacto. Es muy fácil escribir en contra de la industria, hablar de los problemas que se presuponen de que un niño se tire horas matando a zombies o terroristas. Pero la relación causa efecto que se intenta dejar implícitamente cae por su propio peso.

La articulista Paloma Pedrero, del periódico La Razón, publicaba una entrada esta semana en la que se preguntaba cómo podía ser que los videojuegos no tengan recomendación por edad. Pocas carátulas ha visto Pedrero en su vida. A lo mejor cree que el +16, +12, etc. que podemos ver en la esquina inferior izquierda de las cajas de los juegos son el número de neuronas por hora que los jugadores perdemos cuando jugamos a “esta mierda”, como define ella al ocio electrónico. Tampoco acierta demasiado 20 minutos con su artículo “los videojuegos violentos, presentes en sucesos como el de Alemania”. En el texto, de manera más o menos indirecta, se deja entrever una relación causa efecto. Todos los que protagonizan matanzas tienen videojuegos violentos. Ergo los que tienen videojuegos violentos pueden matar, ¿no? No se entiende la intención del artículo, meridianamente claro en el titular, cuando dentro del texto está la verdadera respuesta: Los padres deben conocer los contenidos y hacer caso de las recomendaciones de edad. Esas que según Pedrero no existen.

No son los únicos. El Público relató el testimonio de una persona que conocía al asesino. “Era bueno jugando a Counter Strike”. ¿Y? Las opiniones en las noticias existen en el momento en el que los periodistas decidimos qué declaraciones incorporar u omitir en las piezas. La intención, en este caso, es clara. El Mundo también destacaba el hecho que tenía diversos juegos violentos como Counter Strike, al que juegan “millones de personas”. ¡Encerradlos a todos, rápido (a mí no, que no lo tengo)!

Es de recibo comentar dónde las cosas no se han hecho, en este caso, mal. El País, en un artículo de opinión titulado Crímenes sin sentido, repasa los problemas de personas marginadas en su entorno como es el caso y el problema de socialización en casos concretos. Se menciona a los videojuegos como un agravante más a la hora de canalizar un problema mucho más grave. Impecable estuvo Joaquín Luna en su artículo ‘Todos se ríen de mí’. Ni una mención a los videojuegos violentos y sí a los factores determinantes en la acción de Kretschmer.

Pero rara vez aparece un artículo como el de la Vanguardia, que complementando alguna información sobre una matanza de este tipo, se pregunte sobre el problema yacente en una sociedad de la que ciertas personas se pueden sentir desplazados. No se denuncia el “todos se ríen de mí” atribuido a Kretschmer horas antes de su locura. Y se escurre la responsabilidad de los padres. El chico estaba pidiendo ayuda. Nadie le oyó gritar. Se pasa por encima el hecho que estuviera en tratamiento psiquiátrico y no siguiera con su terapia. No es relevante que su padre tuviera una veintena de armas, que el chico tuviera un acceso insultantemente fácil a ellas ni el dominio certero que demostró en la matanza. Un dominio que no se aprende con teclado y ratón. Pero tenía Counter Strike en su habitación. Y eso es importante para El Mundo, El Público, 20 minutos, La Razón. Pero los nombres dan igual. Ya que en un futuro serán otros medios los que se equivocarán.

No somos asesinos. Los jugadores de videojuegos no tenemos dentro de nosotros un potencial violento superior a otros. Los desequilibrios por problemas personales, obsesiones enfermizas y otras patologías presentes siempre en cada uno de estos brotes de violencia sólo pueden encontrar en los videojuegos la excusa de una sociedad que se muestra incapaz de solucionar sucesos que se salen de la lógica.

Los mecanismos que hay establecidos en la industria de los videojuegos y la responsabilidad de cada uno deberían ser suficientes para evitar cualquier trastorno por uso indebido. El sistema PEGI es meramente informativo. Pero de la misma manera que los padres no dejarán ver la película ‘Silencio de los Corderos’ a su hijo de diez años, tampoco deberían permitir que jugaran a juegos para mayores de 16 años. Como Far Cry, por ejemplo. Los niños juegan solos, pero si un padre no sabe a lo qué juega a su hijo es culpa suya. Que no mire hacia otro lado. Como en casi todo, la educación es básica para un buen desarrollo. Y los videojuegos son un apartado más a tener en cuenta. No el entretenimiento del que mi hijo no se desengancha y yo como padre ni me intereso.

Hay violencia tanto explícita como implícita en todos los medios. Desde imágenes de personas muertas en los periódicos que quieren moralizar sobre la industria de los videojuegos, a los telediarios. O en el cine. Incluso en literatura. No se puede obviar que hay un grado de interacción en los juegos que no existe en los otros campos mencionados, pero si un jugador se siente “el rey del mundo virtual” matando a enemigos, como comentaba una articulista recientemente, pero luego no discierne el juego de la realidad, no es culpa de los videojuegos.

dilluns, 9 de febrer del 2009

Juegos para no dormir

Sudores. Pesadillas. Remordimientos de consciencia y ojos rojizos y húmedos. No son las sensaciones que pueden provocar Resident Evil, Silent Hill o Dead Space, juegos que proceden del género de terror. Son los síntomas que provocan los juegos que, en su género, son el terror. Desde su estreno, Meristation ha ido analizando las obras de las compañías que han ido viendo la luz. Entre las piezas maestras, los juegos notables, los ‘sleepers’ o las obras de autor, ha habido muchos tropiezos. Juegos irregulares, otros simplemente malos. Algunos hasta muchísimo. Es hora de conocer los juegos peor puntuados de la historia de la revista.

Kiss Pinball, de Playstation

La lista de suspensos en la revista es más grande de lo que algunos desearían, sobre todo sus desarrolladores, por lo que desde la redacción se ha escogido una muestra representativa del ránking invertido de buenos juegos. Y es que ser el mejor entre estos competidores tampoco es objeto de deseo. No están todos los que son, pero los que están lo hacen por méritos propios. Y representan con creces el grueso de juegos que llenan un catálogo y, de paso, le hacen bajar la media. Pero normalmente, dónde no hay, no se puede sacar.

SpinDrive Ping Pong, editado en Playstation 2

Aunque en muchos casos no lo parezca, crear un videojuego es algo más que talento innato. Detrás hay equipos de personas, más o menos recursos, y horas de trabajo hasta que el juego sale a la venta. Pero el resultado, muchas veces, no cumple ya no sólo con las expectativas de los creadores, sino tampoco con los niveles mínimos exigibles para un producto que vale dinero. En muchos casos, demasiado. Nadie dijo que fuera fácil, pero teniendo en cuenta que entre tanta oferta se debe desgranar, en Meristation se sufre, mucho, profundizando en productos infernales para advertir a sus lectores de los peligros que corren.

El multiplataforma MTV's Celebrity Deathmatch

Entre los elegidos hay nombres fácilmente reconocibles. Aprovechar el tirón de un personaje famoso, de una película taquillera a punto de estrenarse, o del nombre de una franquicia de éxito son algunas de las trampas publicitarias que, con la carátula en la tienda, pueden hacer picar a más de uno. A esto se le unen proyectos de bajo coste, calidad al mismo nivel, y el objetivo de maximizar beneficios con algo hecho deprisa y mal.

Esto era lo único que se salvaba del juego

Luego están los juegos que, sin ninguna de las premisas anteriores en su haber, irrumpen en el mercado para ser omitidos de manera vil… pero con razón. Juegos, franquicias, que sacan la cabeza una vez para volver debajo de la tierra. Gráficos que atacan la vista del jugador, sonido digno de ‘Volumen 0’, jugabilidad a prueba de paciencia, desarrollos infumables y errores de programación. Y aún hay valientes que lidian en semejante plaza. Todo sea por informar. Algunos de los analistas han querido contar su vivencia personal. Otros, sin embargo, prefieren no recordarlo. Las heridas restan todavía abiertas.

Golden Eye: Agente Corrupto
Plataforma: PlayStation 2, GameCube, Xbox
Desarrollador: Electronic Arts
Fecha de lanzamiento: Diciembre de 2004
Ficha Meristation: 3/10 Más Malo que un Dolor

Los peores videojuegos de la historia

Que en el mismo título del juego aparezca el nombre de Goldeneye acompañado del adjetivo corrupto no era ya buena señal. Si además, detrás estaba el modus operandi de EA, por suerte ya olvidado con creces en la presente generación, una generación después de la obra maestra de Rare para Nintendo 64, llegaba la peor de las pesadillas. James Bond deambulaba con más pena que gloria por la generación de Playstation 2, Gamecube y Xbox. Y con Halo 2 y Killzone en sus respectivas consolas, llegó EA, con Golden Eye bajo el brazo, y lo coló en el mercado. Lineal, basado sólo en limpiar las zonas de enemigos. Sin nada que recordara el universo Bond –como situaciones, gadgets, etc. Si se llega a titular (mal) juego de acción en primera persona, no habría pasado nada.

Los peores videojuegos de la historia

Uno de sus peores pecados fue manchar el nombre de Golden Eye en algo tan monótono y previsible. Nacho Ortíz, le tocó a él, lo tiene claro: “corrupto podría pensarse que está cualquier medio que haya aprobado semejante atrocidad”. “Si ya era poco el dolor que provocaba un shooter lleno de tópicos y elementos metidos con calzador –desertor que va al lado oscuro, telekinesis y un super agente con escudo recargable a lo Jefe Maestro, pero es ver cómo se mancillaba un nombre como Golden Eye”, añade. Para el periodista, meter el nombre para intentar “colárnosla” era una artimaña: “no fueron listos ni nada”. Aunque el juego no fue más que “la mofa de la época”. Y aún así, un 3.

Mortal Kombat Advance
Plataforma:
Game Boy Advance
Desarrollador: Midway
Fecha de lanzamiento: Febrero de 2002
Nota Meristation: 1/10 Lamentabilísimo

Los peores videojuegos de la historia

Hacer una conversión de los grandes juegos de lucha, ya sea de antaño –Super Nintendo, Megadrive- o de otras consolas más vigentes, no es fácil en portátiles. Nunca lo ha sido. Pero Midway se lució. Gameboy Advance, un catálogo con tantas joyas y tan amplio goza también de sus antípodas, recibió de nuevo una franquicia de renombre de infausto recuerdo. Se trata de un juego que cuenta con una de los mejores sonidos aparecidos en la portátil de Nintendo. Si con esto, aunque sólo sea con esto, se llevó un 1, es complicado imaginar cómo era el resto de apartados. La nula IA de los enemigos, más pesada repitiendo infinitas veces un combo que los jugadores on-line de Soul Calibur IV controlando Astaroth, y el pésimo control convirtieron el combate mortal en una partida mortal por aburrimiento.

Los peores videojuegos de la historia

Para Fran Serrano, otra vez él, el objetivo de Mortal Kombat Advance “parecía que fuera el sufrimiento del jugador”. La lista de errores no era poca: “gráficos, por así decirlo, que daban auténtica pena y con un rendimiento lamentable y un cartucho injugable… los personajes respondían tarde y mal a los controles”. La IA errática era la gota que hizo colmar el vaso, ya que después de probarlo a fondo para hacer el análisis, decidió asestar el fatality más deseado “sobre el infame cartucho”. Nadie sabe dónde fue a parar el juego. Vista la nota que le cayó encima, similar (que no cercana) a la nota de Metal Gear Solid 4 o Halo 3 –a MK sólo le faltó el cero detrás del uno, seguro que acabó en el desierto de Nuevo México.

Hour of Victory
Plataforma: Xbox 360
Desarrollador: nFusion Interactive
Fecha de lanzamiento: junio de 2007
Ficha Meristation: 3/10 Tristísimo

Los peores videojuegos de la historia

La actual generación, a pesar que todavía tiene bastante recorrido que hacer, también aporta su granito de arena en este recopilatorio. ¿Cómo se puede afirmar que shooters como Halo 3 o Killzone 2 son buenos? Porque hay shooters malos. Así se expresó Sergi Blanch en su reseña sobre este juego de acción de Midway. Llegó a la hora de la victoria, pero dentro de un ataúd. Su corta duración, tan sólo cuatro horas, no fue bálsamo para que Motenai calificara de “tortura” el hecho de haberlo terminado dos veces. A los mandos de tres tipos distintos de personajes, un 3 de nota. Para repartir de forma ecuánime.

No pinta tan mal...

El peor defecto que puede tener Hour of Victory, y que adolece de forma grave, se encuentra en la IA. Los nazis tienen errores de programación que se cargan la experiencia. Desde soldados que están castigados a la pared, hasta otros que se quedan encallados en un muro o que son incapaces de levantar el arma para usarla. Incluso algunos te apuntan pero no te disparan, algo que si hubiera pasado en la realidad sólo habría significado ventajas: no hubiera existido la Segunda Guerra Mundial ni tampoco este juego. Eso sí, se salva la música, un apartado que no entiende de malos juegos por lo visto.

Breed
Plataforma:
PC
Desarrollador: Brad Designs
Fecha lanzamiento: mayo de 2005
Nota Meristation: 5/10 Comparado con una piedra, sale ganando.

Los peores videojuegos de la historia

Un Halokiller. Como tantos otros. Aunque a diferencia de otros pretendientes a competencia de Halo, este destacaba por ser el peor de los contrincantes posibles. Breed no tenía, en realidad, a la obra de Bungie como rival. Sino a sí mismo. Las promesas sobre este juego fueron casi tan grandes como el porrazo que se pegó. La IA amiga sintetiza en momentos puntuales la caída por el precipicio del esperpento. ¡Falta un amigo en el escuadrón! Dando una vuelta, se descubría que el amigo estaba en una lucha a vida o muerte… ante un árbol con pegamento extra fuerte. O era amor, o el árbol estaba haciendo un placaje digno de la final de la Superbowl. Se podría pensar que el árbol no nos deja ver el bosque, nunca mejor dicho, pero la IA enemiga, bloqueada por piedras u otros elementos del entorno que se encuentren en medio camino de la línea recta que los lleva hasta nosotros, nos confirma que el árbol es el bosque.

Los peores videojuegos de la historia

El control, pésimo en vehículos, viene acompañado por un desarrollo de mata-mata masivo que si bien podía entretener, parecía algo peor a una beta. Que necesitaban más tiempo para cocerlo es seguro. Que hubiera salido algo mejor, una enorme duda sin responder. Y es que el multijugador servía como colofón. No había nadie jugando. Más que nada, porque cuando se encontraban en el mapa, era imposible matar al rival. Balas y más balas mientras los jugadores se mantenían en pie. Lo que se conoce como un deathmatch gatillazo. El juego salió así, a la falta de un parche que arreglara semejante despropósito. Comparado con una piedra, sale ganando Breed. Pero el texto, uno de los más hilarantes de Meristation, avisa: “menos en el multiplayer, ya que con una piedra sí puedes matar a alguien”. Pero la nota, a pesar de todo, fue un cinco. “No era tan, tan malo”, reza el análisis. Por suerte.

Kiss Pinball
Plataforma: Playstation
Desarrollador: Wildfire Studios
Fecha lanzamiento: Mayo de 2001
Ficha Meristation: 0,5/10 Con maquillaje y a lo loco

Los peores videojuegos de la historia

La dificultad que entraña sacar menos de un 1 en un análisis de Meristation, teniendo en cuenta que en principio detrás de los proyectos hay personas que aman el mundillo y que, además, saben algo de programación, no significa que no haya casos en los que el cero a la izquierda haga acto de presencia. Kiss Pinball, de Playstation, tiene el dudoso honor de ser uno de los juegos con menos puntuación de la historia de la revista. 0’5 se antoja un hachazo en toda regla. Aunque razones no faltan. Un juego de pinball para consola con dos mesas en total no parece un anuncio de Benetton en cuánto a diversidad. Y lo cierto es que la volatilidad de este juego es el peor de sus defectos.

Los peores videojuegos de la historia

Pero no el único. La nefasta resolución en la que fue concebida semejante obra hizo su función a la hora de sumar méritos para ser un fracaso. Al menos tenía detrás de suyo, a nivel musical, las melodías del grupo Metal Kiss, un detalle inútil teniendo en cuenta que con sólo dos mesas, se aburrirá antes el juego que saber si las canciones de este famoso cuarteto son o no del agrado del jugador. Pero medio punto es medio punto, y es que hay salas recreativas que sólo tienen una máquina de pinball. Y a un euro la partida, ojo.

SpinDrive Ping Pong
Plataforma: Playstation 2
Desarrollador: Empire Interactive
Fecha lanzamiento: Marzo de 2005
Nota Meristation: 0/10 ATROZ

Los peores videojuegos de la historia

Un juego de tenis de mesa. SpinDrive Ping Pong tiene la mejor nota posible en un artículo de estas características. Un cero. Xplosiv preparó para Playstation 2 una obra que muestra todos y cada uno de los errores que no se deben cometer a la hora de realizar un juego. Diez años. Ese es el tiempo que alguien tendría que pasarse sin haber olido un videojuego para encontrar alguna cosa comparable a nivel de calidad gráfica respecto este SpinDrive. Nefasto, sin detalles, con estadios vacíos, público plano y sin animaciones, texturas para no dormir por la noche y menús arcaicos. No suena demasiado bien. Pero lo peor llega con las animaciones de los palistas. Irreales, repetitivas, robóticas… los adjetivos fueron tantos como llantos provocó el juego. El juego salió a precio reducido. 15 euros. Un euro por cada uno de los días que estuvieron desarrollando el producto, se supone. Y aun así, se antoja caro.

Los peores videojuegos de la historia

Sí, a pesar de esto, Juantxi también sigue en liza, y en plena forma como se vio con el análisis de Killzone 2, en la revista. Lo que no mata hace más fuerte, y después de Gun Survivor 2 Code: Veronica, Arctic Thunder y este SpinDrive Ping Pong, el redactor se ha convertido en la máquina perfecta para afrontar cualquiera de los retos de futuro que presente la industria. “Este juego supuso, personalmente, la bajada a los infiernos videojueguiles”. “He probado cosas peores, es verdad, pero no en el marco de calidad que había en ese momento, con PS2 en su apogeo y títulos increíbles para la época y la máquina que era”, afirma con la voz entrecortada mientras recuerda esos días. Momentos en los que tuvo “ganas de estudiar física cuántica, en ese momento más interesante y divertido”. Para Juantxi, cuando enterraron el juego de ET “debieron dejar un hueco al lado para este… ¿juego?”.

Artículo completo: http://www.meristation.com/v3/des_articulo.php?pic=GEN&id=cw498f33e2e274e&idj=&idp=&tipo=art&c=1&pos=0